El zinc desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la salud general. Los desequilibrios, ya sean demasiado bajos o demasiado altos, pueden tener efectos significativos:
Debilidad del sistema inmunológico: La deficiencia de zinc está vinculada a un mayor riesgo de infecciones y una recuperación más lenta.
Problemas de crecimiento y desarrollo: El zinc es especialmente crítico para los niños, ya que una deficiencia puede afectar el crecimiento y el desarrollo cerebral.
Retrasos en la cicatrización de heridas: La insuficiencia de zinc puede prolongar el proceso de cicatrización después de lesiones o cirugías.
Riesgos de toxicidad: La ingesta excesiva de zinc puede alterar el equilibrio de otros minerales esenciales y causar náuseas, vómitos y problemas de salud a largo plazo si no se trata.